JER 38:4-6, 8-10; PS 40:2-4,18; HEB 12:1-4; LK 12:49-53 

Today’s readings set a high bar for us Christian stewards, reminding us that a stewardship way of life is meant to be a challenging way of life.

In the second reading, from the Letter to the Hebrews, we are told to live as Christ lived. And how did Christ live? “For the sake of the joy that lay before Him He endured the cross.” If we are tempted to complain about the sufferings we must endure in living as Christ’s disciples, we are told, “In your struggle against sin you have not yet resisted to the point of shedding blood.” In other words, “If you’re not bleeding, what are you complaining about?” That is quite a high bar!

The Gospel reading from Luke continues this challenging theme. Our Lord tells His disciples “I have come to set the earth on fire, and how I wish it were already blazing.” A couple of verses later Jesus adds, “Do you think that I have come to establish peace on the earth? No, I tell you, but rather division.”

Jesus’s life on this earth and the message He brought were not meant to simply make us feel good. In fact, His words can make us downright uncomfortable at times. That’s because His Good News (and it is indeed good news!) is meant to change us, to make saints of us.

The stewardship way of life sets a high bar indeed. But deeply embraced, this way of life focused on God and others will make us the saints we are called to be.  

JER 38,4-6.8-10; SAL 40,2-4.18; HEB 12,1-4; LC 12,49-53

Las lecturas de hoy nos ponen un estándar muy alto a nosotros, los cristianos administradores, recordándonos que el estilo de vida de la corresponsabilidad cristiana está llamado a ser un camino exigente.

En la segunda lectura, de la Carta a los Hebreos, se nos dice que debemos vivir como Cristo vivió. ¿Y cómo vivió Cristo? “Por el gozo que le esperaba, soportó la cruz.” Si alguna vez nos sentimos tentados a quejarnos de los sufrimientos que debemos sobrellevar al vivir como discípulos de Cristo, se nos recuerda: “Todavía no han resistido hasta derramar su sangre en la lucha contra el pecado.” En otras palabras: “Si no estás sangrando, ¿de qué te quejas?” ¡Ese sí que es un estándar muy alto!

El Evangelio según san Lucas continúa con este mismo tema desafiante. Nuestro Señor dice a sus discípulos: “He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!” Y unos versículos más adelante añade: “¿Piensan que he venido a traer paz a la tierra? No, les digo, sino división.”

La vida de Jesús en este mundo y el mensaje que Él trajo no estaban destinados simplemente a hacernos sentir bien. De hecho, sus palabras pueden incomodarnos bastante en ocasiones. Y es que su Buena Nueva (¡y ciertamente es una buena noticia!) está destinada a transformarnos, a hacernos santos.

El estilo de vida de la corresponsabilidad cristiana pone, sin duda, un estándar muy alto. Pero, cuando se abraza profundamente, este modo de vivir centrado en Dios y en los demás nos convertirá en los santos que estamos llamados a ser.

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